Con los pies en la playa...

Este fin de semana fuimos como familia a la playa... a Caldera. Estuvo muy lindo el día y compartimos un momento como hace mucho no lo teníamos. Las chicas disfrutaron del agua... yo del sol. Fue un viaje inesperado, no planeado, salío del momento, y eso fué lo mejor de todo.

Como mi esposo fué operado de la columna a fines del año pasado, no pudimos salir de vacaciones. Debía cuidarse y reponerse de la cirugía. Gracias a Dios está muy bien, tuvo una rápida mejoría... él es mi mano derecha en el hogar, me ayuda mucho mucho y se nota su ausencia (sobre todo en el almuerzo, jaajajaja).

Lo bueno es que salimos por lo menos al término del verano... antes del regreso a clases de las chicas. Fue un verano muuuy caluroso, sólo disfrutaban de la piscina en casa. Debo agradecer que son unas niñas muy especiales y aceptaron estar en casa todas sus vacaciones... no niego que se nos hicieron eternos los días con el calor... pero ya está, otra vez será.

Hasta pronto...